Iglesia de San Boal (Salamanca)

Iglesia de San Boal (Salamanca)

Sinopsis:

Dedicada a San Baudilio o Boal en 1125 se reformó en 1740.
En esta iglesia se desarrolla la leyenda de la Marquesa de Almarza, María de Moctezuma, que volvió a la vida durante su velatorio cuando un criado, o el sacristán de la iglesia según la versión, intentó robarle el anillo en 1768.

La plaza de San Boal es una de esas plazas recoletas que se encuentran en el casco viejo de Salamanca. Fue el lugar elegido por el Marqués de Almarza para establecer su residencia. El palacio se construyó en 1470, siendo más tarde dividido en dos por el marqués de Almarza [1] en 1740. Tiene una peculiar fachada y en su interior hay un bello patio que destaca por sus medallones. En 1906 fue comprado a Don Enrique de Aguilera Gamboa [2], Marques de Cerralbo, para albergar la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy y el Conservatorio de Música de Salamanca. En la actualidad, en la planta baja se encuentra la Sala de Exposiciones de San Eloy, y en la primera, la biblioteca del mismo nombre, especializada en temas de arte. Desde 1999 alberga también el Centro Cultural Hispano Japonés.

En el lado opuesto de la plaza se encuentra la pequeña Iglesia de San Boal, destinada desde su creación a San Baudilio. Fue construida en 1125 y reconstruida en 1740.

 

Piedras que a Dios templo dan
serán eterno blasón
del Marques de Almarza Don
Juan Antonio de Guzmán.
Lenguas haciéndose están
que inmortal le han de aplaudir
pues devoto pudo unir
en su ilustre edificar
el ánimo de empezar
la gloria de concluir.

 

San Boal o San Baudilio, era santo predilecto en tierras salmantinas, y era sacado en procesión para rogar lluvias en tiempos de sequía.

Doña María Manuela Nieto de Silva y Guzmán, X Marquesa de Cerralbo, V Marquesa de Almarza, X Marquesa de Flores Dávila y V Condesa de Alba de Yeltes, conocida como María de Moctezuma por ser heptanieta [4] de Moctezuma II Xocoyotzin Emperador del Imperio Mexica y de Tezalco Tecuichpo, su esposa.

Entre los citados títulos de esta dama estaba el de Marquesa de Almarza, heredado de su hermano Vicente Moctezuma Nieto de Silva y Guzmán, IX Marques de Cerralbo, Conde de Alba de Yeltes, IV Marques de Almarza y IX de Flores Dávila, fallecido en 1752, que a su vez lo había heredado a la muerte sin descendientes de su tío abuelo, el ya referido Don Juan Antonio de Guzmán.

 

La Leyenda

Ahora nos trasladaremos hasta el año de 1768, a un día de frío invierno en que la plaza de San Boal está atestada por la multitud, había muerto Doña María de Moctezuma y todos los vecinos de la ciudad quieren rendirle un último homenaje.

Conocida en Salamanca, como la señora de la bondad y la generosidad, son muchos los que diariamente acudían a las puertas de palacio en busca de alimentos, para llenar sus ollas con algo caliente, y dar de comer a los numerosos hijos, muy frecuentes eran sus muestras de generosidad con los enfermos y los más desfavorecidos.

En el interior del palacio, la familia de la marquesa se ve obligada a tomar una impopular decisión; para seguridad del féretro y la comitiva, su afligido esposo decide que se hará el traslado del cadáver a través de un pasaje subterráneo que comunica la casa con la iglesia frente a ella.

Cuando el gentío recibe la noticia, desde un balcón del palacio, comienza a dispersarse defraudado. Poco tiempo después, tan sólo algunos curiosos quedan a las puertas de la Iglesia. Al caer la noche, la plaza queda desierta y los familiares abandonan el templo para descansar en el más confortable palacio.

El cuerpo inerte reposa sobre un alto catafalco cubierto de terciopelo negro adornado con las armas de sus antepasados, una docena de grandes cirios blancos, dejan caer su luz sobre el céreo cadáver.

Los criados encargados de velar el cuerpo se arrebujan en los bancos o se refugian en los confesionarios, se cubren con ropas, y algo más calientes, no tardan en descansar en los brazos de Morfeo, no contaban con que un topo, el sacristán, ¡no dormía! ¡vigilaba!, había quedado deslumbrado por el brillo del gran anillo que llevaba en el dedo anular de la mano derecha. El anillo de Marquesa de Moctezuma.
Su mente calenturienta, hizo que escuchara la voz de la avaricia.

¡Seré rico!, susurraba una y otra vez mientras escalaba hacia la cima del catafalco, y en estos pensamientos con sabor a pecado estaba cuando intentando extraer el anillo del dedo de la marquesa, un fuerte grito se escapa de la garganta del codicioso sacristán, resbala, cae al suelo, y tal estruendo, despierta a los criados.

El hombre yace inconsciente, los fieles servidores de la casa, se disponen a ayudarle, pero la sorpresa fue aún más fuerte cuando, sentada dentro del ataúd, sorprendida, aturdida, aterrorizada, la marquesa les pregunta ¿qué hago aquí? ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Ayúdame!

La resurrección de la marquesa, causó estupor en Salamanca. ¡Milagro de San Boal! gritaba asustada la gente.

Doña María Manuela vivió aun muchos años, hasta su muerte el 1787 [5], siempre acompañada por los rumores de su extraña resurrección. Como posteriormente se supo, la marquesa no había vuelto a la vida después de muerta, sino que había sufrido un ataque de catalepsia que hizo parecer a todos los que la habían asistido en dicho trance que verdaderamente había fallecido. Esto la salvó de ser enterrada con vida y, en agradecimiento, haciendo gala de su proverbial generosidad, concedió al sacristán de los largos dedos una pensión que disfrutó durante el resto de sus días.

[1] El Marquesado de Almarza es un título nobiliario español de carácter hereditario que fue concedido el 22 de abril de 1686 por Carlos II de España a Gaspar de Guzmán y Anaya, II vizconde de Aranzo.

[2] Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo con Grandeza de España, XII Marqués de Almarza, Conde de Villalobos, de Alcudia, de Foncalada y del Sacro Romano Imperio. Condecorado con la Orden carlista del Toisón de Oro y caballero de la Orden del Espíritu Santo. Jefe delegado de la Comunión Tradicionalista con Carlos VII y Jaime III. Senador del Reino por derecho propio. Arqueólogo e historiador español. Se le recuerda actualmente por el Museo Cerralbo de Madrid, fundado gracias a su legado de obras de arte, y por sus ejemplares excavaciones de los yacimientos del Paleolítico Inferior de Torralba y Ambrona. Sus restos mortales y los de sus descendientes descansan bajo un bellísimo mausoleo con la efigie orante del Marques, en una capilla lateral de la Iglesia parroquial de Cerralbo, en Ciudad Rodrigo, Salamanca.

[3] Juan Antonio de Guzmán y Anaya Toledo, III marqués de Almarza y VIII marqués de Flores Dávila.

[4] Descendiente de octava generación, bisnieto del tataranieto

[5] A su muerte, su título sería heredados por su sobrino, Don Manuel Vicente de Aguilera Moctezuma Pacheco, XII Marques de Cerralbo, VI de Almarza y XI de Flores Dávila, VI Conde de Alba de Yeltes. A partir aquí, el Marquesado de Almarza permanecería en la Casa de los Aguilera, Marqueses de Cerralbo, siendo el actual poseedor Don Fernando de Aguilera y Narváez, XX Marques de Cerralbo, XV Marques de Almarza, Marqués de Cuellar de Baza y Conde de Villalobos.

 

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